Colecho seguro: las reglas
El colecho, o dormir en la misma habitación que tu bebé, es una práctica cada vez más extendida que tiene muchas ventajas, como fortalecer el vínculo entre padres e hijos y facilitar la lactancia nocturna. Sin embargo, es fundamental respetar ciertas normas de seguridad para poder ofrecer a tu bebé un entorno de sueño sano y seguro.
Los diferentes tipos de camas colecho
Existen dos tipos principales de camas de colecho: cunas independientes y modulares, y cunas unidas a la cama de los padres. Las cunas independientes están equipadas con un lateral extraíble y ruedas para facilitar el movimiento. Son regulables en altura para adaptarse a todas las camas de los padres. Las cunas unidas a la cama de los padres, también llamadas "sidecar", se cuelgan mediante un sistema de correas o fijaciones, con una extensión para conectar los dos colchones. Pueden transformarse rápidamente en una cama clásica quitando las fijaciones e instalando la pared que falta. Para aquellos que quieran tener a su bebé cerca incluso cuando viajan, también existen camas colecho nómadas, plegables y transportables en una bolsa de almacenamiento.
Errores comunes a evitar
Aquí hay algunos errores comunes que se deben evitar al dormir colecho:
- Colocar al bebé sobre una superficie blanda como una almohada, edredón o colchón blando, lo que aumenta el riesgo de asfixia. El colchón debe ser firme y adaptado al tamaño de la cuna.
- Dejar objetos en la cama como peluches, mantas o protectores de cama que presenten riesgo de asfixia. La zona donde duerme el bebé debe mantenerse despejada.
- Colocar la cama de colecho demasiado alejada de la cama de los padres, dificultando el acceso al bebé. La cama de colecho deberá estar unida a la cama de los padres, sin que quede espacio entre ambas.
- No respetar la temperatura ambiente recomendada, que debe estar entre 16 y 20°C. El sobrecalentamiento aumenta el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante.
Prestando atención a estos puntos y siguiendo las recomendaciones de seguridad, el colecho se puede practicar tranquilamente y ofrecer muchos beneficios tanto a los padres como al bebé.
- Colocar al bebé sobre una superficie blanda como una almohada, edredón o colchón blando, lo que aumenta el riesgo de asfixia. El colchón debe ser firme y adaptado al tamaño de la cuna.
- Dejar objetos en la cama como peluches, mantas o protectores de cama que presenten riesgo de asfixia. La zona donde duerme el bebé debe mantenerse despejada.
- Colocar la cama de colecho demasiado alejada de la cama de los padres, dificultando el acceso al bebé. La cama de colecho deberá estar unida a la cama de los padres, sin que quede espacio entre ambas.
- No respetar la temperatura ambiente recomendada, que debe estar entre 16 y 20°C. El sobrecalentamiento aumenta el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante.
Prestando atención a estos puntos y siguiendo las recomendaciones de seguridad, el colecho se puede practicar tranquilamente y ofrecer muchos beneficios tanto a los padres como al bebé.
El impacto del colecho en la lactancia materna
El colecho fomenta la continuación de la lactancia materna al crear condiciones más cómodas para la madre y facilitar la alimentación nocturna. Los bebés que duermen juntos son alimentados con más frecuencia por la noche que los que duermen solos, con un intervalo de tiempo reducido entre dos tomas. Este ritmo sostenido estimula la producción de leche y favorece la lactancia materna prolongada, cuyos beneficios para la salud son reconocidos. Además, el colecho induce un sueño más ligero en los bebés, lo que se considera potencialmente protector contra el síndrome de muerte súbita del lactante, virtud que comparte la lactancia materna.
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